El "cómo" de las cosas

Desde mi última publicación he tenido unos meses muy agitados, tanto en el aspecto profesional como en el personal. Y yo me pregunto, ¿Qué vida no deja de ser agitada? Me han pasado cosas inesperadas y otras tantas que si las tenía previstas, pero quizás la que más me ha dejado una profunda huella ha sido la perdida de mi vieja, la mujer que más he amado y querido en mis todos mis años de existencia. Podría decir muchas cosas sobre ella, pero en muy pocas líneas también podría escribir lo que ha significado mi vieja en mi vida. Vieja, GRACIAS por ser como fuiste y sobre todo por darme todos esos valores que me acompañan en mi vida, en mi viaje.

A pesar de mi pareja, mis hijos, mis hermanos, mis sobrinos, mis primos y una tía maravillosa, he de confesar que ninguna otra cosa me ha dejado tan descolocado que el hecho de saber que no la voy a volver a ver ante mis ojos. Confieso que me he sentido vacio, vacio de ese amor de madre que tanto  nos llena. Muy cerca ya de mi medio siglo y la sensación que tengo es la de que estoy solo, sin viejita ni viejito, pero eso sí muy feliz por haber tenido la oportunidad de conocerlos. Nunca los olvidaré y su recuerdo perdurada en lo más profundo de mi interior

Alguien me dijo alguna vez que es muy fácil ser feliz en los momentos felices, pero que a la vez es muy difícil mantener esa felicidad en los momentos infelices. Esto puede parecer contradictorio, pero me gusta saber el por qué de las cosas y con acierto o sin él, tratar de entender lo que sucede a mi alrededor. Las cosas y los hechos vienen como vienen y yo que no soy un fiel creyente del destino ni del karma, las acepto tal y como vienen aunque en ocasiones me cuesta resignarme y buscar una respuesta que me calme.

Poco a poco y a medida que pasan los años el “rompecabezas” de mi vida se va configurando y muestra un aspecto más compacto. Tengo la sensación de que finalmente se quién soy, de donde vengo, que he hecho y hacia dónde voy. Solo hay algo que me podría preocupar y es el cómo, ahora mismo mi palabra mágica